Coches eléctricos
Emisiones cero.
Sencillos y muy fiables.
Los coches eléctricos son aquellos que están impulsados por uno o varios motores de estas características, sin otra ayuda. Se pueden considerar de dos tipos, según cómo almacenen la electricidad: de baterías o de pila de combustible.
La autonomía de los coches eléctricos
viene determinada por las baterías, y aquí también ha habido una evolución
constatada en los modelos más modernos, mostrando una mayor capacidad de
almacenaje. Pero aquí sigue estando la limitación de los coches eléctricos,
en su autonomía reducida. En condiciones normales, utilizando los sistemas
periféricos, como la climatización, luces o ayudas electrónicas, y dependiendo
mucho de la temperatura externa, la autonomía real de un coche eléctrico está
entre 100 y 150 kilómetros, pudiendo alargarse en situaciones
favorables. Esto les convierte en coches urbanos o interurbanos, en un coche de
empresa o un segundo coche de familia Sin la infraestructura necesaria, hoy en
día resulta complicado realizar un viaje con ellos.
A su favor, los
coches eléctricos son totalmente silenciosos en marcha, escuchándose en
todo caso los ruidos de rodadura y aerodinámicos. Y son agradables y fáciles de conducir, entregando el máximo par de que disponen en cuanto pisamos el
acelerador, con una respuesta inmediata, que permite una gran aceleración en
los primeros metros.
Coches híbridos
Los automóviles
híbridos están
dotados de un motor de combustión interna que combinan con uno o varios propulsores eléctricos.
Normalmente utilizan un motor de gasolina, aunque hay alguna marca como Peugeot
cuyos híbridos cuentan con un Diesel para combinar con un propulsor eléctrico.
Los motores
híbridos buscan conseguir una máxima eficiencia energética para conseguir
reducir los consumos, parando el motor al detenerse y no emitir emisiones. Y
como apoyo al motor de combustión para que requiera un menor esfuerzo con el
máximo rendimiento. Utiliza sistemas de recuperación de energía para recargar
la batería, como la frenada regenerativa. Su eficiencia depende de que la
batería se encuentre cargada.
Los
híbridos funcionan como un coche convencional. No se carga desde una red
eléctrica y realmente su funcionamiento en modo solo eléctrico es muy limitado.
En los momentos en que la batería está totalmente descargada, simplemente baja
el rendimiento, pero sigue funcionando como un coche de combustión interna.
¿Y tú, cual eliges?
